COLUMNISTA INVITADO | 7 años de mi cirugía de cerebro: Alejandro Marcovich

29/07/2017 - 12:03 am

El guitarrista argentino Alejandro Marcovich, de mucho tiempo radicado en México, sufrió hace siete años una intervención quirúrgica. En el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”, durante los cuales le practicaron una serie de estudios clínicos, le fue detectado un tumor en el cerebro. La operación fue un éxito y hoy el músico agradece a quienes se vieron de una u otra manera involucrado.

Ciudad de México, 29 de julio (SinEmbargo).- Ayer se cumplieron siete años de mi cirugía de cerebro. Siete años en los que he hecho tantas cosas… Tocar por primera vez con una orquesta sinfónica, con la que toqué música de Pink Floyd en San Luis Potosí; hacer arreglos a corridos mexicanos para el Festival Cervantino en la celebración del centenario de la Revolución Mexicana; tocar dos años y medio en el mentado reencuentro de mi grupo de rock Caifanes; grabar una versión instrumental de “Hasta morir” y un arreglo de “El elefante” declamado por Manuel “el Loco” Valdés; grabar mi segundo disco solista, Alebrije.

Escribir un libro autobiográfico, Vida y Música de Alejandro Marcovich, el cual ha sido presentado en las más importantes ferias internacionales del libro de México; tocar una pieza inédita para guitarra eléctrica y orquesta con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México; continuar con mi labor educativa a lo largo y ancho de México (mi tierra adoptiva), dando talleres, charlas y master classes; tocar en todo tipo de foros en una diversidad de formatos, ya sea acompañado de excelentes músicos o solo, improvisando con mi guitarra; grabar como guitarrista invitado en un montón de discos de otros artistas (algunos underground y otros mainstream).

Seguir produciendo discos; grabar un disco con El Plan, un grupo regional de Monterrey, Nuevo León, rompiendo todas las reglas del sonido norteño con mi guitarra eléctrica; apadrinar una cerveza con mi firma; ser invitado por primera vez a participar en un festival internacional de guitarra (Taxco, Guerrero, en la clausura); y vivir… vivir… ¡vivir!

Gracias a todos los que me escribieron en mis redes tantas lindas palabras en esos días difíciles, a mis hijos y esposa que estuvieron al pie del cañón durante el mes y medio que estuve internado, al Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía y todo su equipo humano, desde el personal de limpieza y enfermería hasta el cirujano Alfonso Arellano, quien llevó a cabo tremenda hazaña de dejarme tan bien, que hasta la fecha sigo haciendo lo que más me gusta en la vida: ¡componer música y tocar la guitarra!

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